AGUR ETA OHORE

Agurra Urkiolan

Justyna (mujer)

Buenas tardes a todos, gracias por venir, por juntaros con nosotros en esta despedida a Andoni, en un paraje singular de Urkiola. De hecho, el lugar no es casual, como muchos sabéis, Andoni es de aquí, nació en un caserío, a un tiro de piedra de aquí…

Gracias y bienvenidos.

Hace algunos años, andábamos Andoni y yo por la España profunda, y de repente, en la mitad de la nada, se nos estropea el coche. Era domingo por la noche… Nos miramos, «¿y ahora qué hacemos?» Y yo dije «pues, yo en estos casos, lo primero que hago es llamar a mi marido».

Nos reímos, pero Andoni se arremangó, abrió el capó… y ¡arregló el coche! Y es que Andoni era así. Lo que para mí normalmente era un chiste tonto, tirando a malo, para Andoni era un reto.

Cogía un alambre y arreglaba el coche… Luego cogía cuatro palabras y hacía un discurso o escribía un artículo capaz de levantar a cientos de personas.

De hecho, si yo hoy por la mañana le hubiera dicho «Andoni, es que por la tarde tengo que hacer un discurso», él me habría dicho «tú espera», habría cogido su ordenador, habría vuelto después de dos horas con un discurso de media hora lleno de citas eruditas…, no sé, evocando la oración fúnebre de Pericles,… Y yo habría dicho: «Pericles no, por favor, Pericles, no». Y él soltaría su gruñido, ya conoceréis su gruñido seguramente, borraría cuatro frases, añadiría ocho más, y me diría «tú corrige las comas, y mira si los nombres están bien escritos. Y adelante…»

No lo digo para asustaros, al contrario. No voy a soltar un discurso de media hora… Sólo quiero daros la bienvenida y deciros que me encantará compartir con vosotros todas las miles de anécdotas, vivencias, pensamientos que dejó Andoni… Me encantará hacerlo con cada uno de vosotros, más tarde, tomando un vino, entre lágrimas y risas.

Y también quiero contaros como va a ser el acto…

No va a haber discursos largos. Primero Marga, la hermana de Andoni, va a arrancar con un irrintzi y unas palabras de despedida, luego vamos a oír lo que ha escrito Iñaki, el hermano, de viva voz de su mujer, Agurtzane, luego Markos y Bruno, sobrinos de Andoni, quieren compartir unos breves recuerdos,…

Y a continuación, si os parece bien, cantaremos todos “Ausencia”, el precioso soneto de Lope de Vega, en la versión inigualable de Imanol.

Y más tarde ya, vino, cerveza, pintxos, lágrimas y risas… Lo que más le apetezca a cada uno…

Marga (hermana)

Hi, Andoni, hemen gauz.
Bizi lagun ona izan haz.
Gugan hago.
Badakik, gu tribu bat garela.
Da, Justina ondo zaintzen ahaleginduko gara. Ahaleginduko gara. Da, hiri Andoni, ESKERRIK ASKO!!!

Iñaki, Agurtzane (hermano, cuñada)

Eskerrik asko a todos los que os habéis acercado al agurra por Andoni.

Yo no voy a hablar de Andoni, no voy a hablar porque me perdería al tratar de relatar las vivencias tenidas con él y os aburriría más de lo que voy a hacer, con lo que os voy a decir. Todos y cada uno de los que os habéis acercado aquí, con vuestra presencia, ya estáis hablando de Andoni.

Pero sí os voy a hablar del lugar que hemos elegido para darle el agurra. La urna y la foto las hemos puesto cerca de esta piedra que representa a Polifemo, personaje ciclope (si le miráis con muchas ganas, veréis su forma antropomorfe y un ojo) Gracias, Leyre, por definir a Andoni como Gigante. Pues aquí lo tenemos, el gigante Andoni, junto a Polifemo, queriendo simbolizar las luchas dialécticas) que ha tenido Andoni durante su paso por este mundo, desde siempre, con sus oponentes.

Andoni, agur eta ohore

Markos (sobrino)

Zu barik Gabonetako afariak askoz be lehenago amaituko dira
ez dugu debate politiko eternorik eukiko mahai inguruan

Zu barik ez gara arrankaixek eta karramarruek eskuegaz harrapatzera jeitsiko errekara
ez dogu izarrik bilatuko teleskopioagaz

Zu barik ez doguz egunkariko artikuluak whatsappen jasoko
ez dogu historiako galtzaile gehiago ezagutuko
ez doguz irakurketa lista luzeak etxera eramango

Zu barik inor ez da elixa kanpuen itxaroten geldituko familiako mesetetan

Edo iguel bai,

Iguel orain gauza guzti honek zu barik egiten ikasi beharko dogu.

Eta gainera, iguel, gauza honek egiten doguzen bitartien zu gugaz egongo zara beti.

Gure zati bat zu zarelako.
Beti eramango zaitugu gurekin.
Eskerrik asko, tio Andoni.

Sin ti las cenas navideñas terminarán mucho antes,
no tendremos debates políticos interminables en torno a la mesa.

Sin ti no volveremos a bajar al río a pescar con las manos truchas y cangrejos,
no volveremos a buscar estrellas con el telescopio

Sin ti no recibiremos artículos de prensa en wasap,
no conoceremos más perdedores de la historia,
no nos iremos a casa con una interminable lista de lecturas pendientes.

Sin ti nadie se quedará fuera de la Iglesia en las misas familiares.

O puede que sí…

Puede que ahora tengamos que aprender a hacer todas estas cosas sin ti.

Y además, puede que mientras las hagamos tú siempre estarás con nosotros.

Porque una parte de nosotros eres tú.
Siempre te llevaremos con nosotros.
Gracias, tío Andoni.

Bruno (sobrino)

Heldu da eguna, tío, zuri agur esateko eguna

Laguntza eskatu gendun orok
Beti izan zintugun gertu eta zabalik
Beti bigarren plano batean
Lanbroen atzean
Baina beti erabakikor

Gertukoekin zintzo eta eredugarri
Tipo gogorra
Tipo itxia
Eta tipo intelektuala

Gertuz ezagutzeko aukera izan genuenok
Badakigu edozein erronka gogoko zenuela
Zabala zinela eta askatasuna zenuela gustoko
Zure akatsak ere bazenituen noski
Etzinen perfektua
Eta prezio altuak ordaindu izan dituzu batzutan

Arrakasta miresmenean ez dagoela erakutsi zenigun
Nola bizi eta hil erakutsi diguzu
Etxean, zuk nahi bezala

Gaur azkenengoz esan zenidana diotzut
Ondo pasa eta kontuz ibili
Zure izarra jarraituko dugu
Eskerrik asko herrialde honengatik egindakoagatik
Gora Euskadi ta gora askatasuna

Ha llegado el día, tío, el día de decirte adiós.

Todos los que te pedimos ayuda te tuvimos siempre cercano y abierto, siempre en segundo plano,
detrás de un velo de bruma,
pero siempre decisivo.

Con los cercanos fiel y modélico siempre.
Un tipo duro,
un tipo tímido,
un tipo intelectual.

Los que tuvimos la oportunidad de conocerte de cerca sabemos cómo te gustaban los retos,
que eras abierto y amabas la libertad
Tenías también defectos, por supuesto,
no eras perfecto
y por ello pagaste un alto precio muchas veces.

Nos enseñaste que el éxito no está en que te admiren.
Nos enseñaste cómo vivir y cómo morir, en tu propia casa, como tú quisiste.

Hoy te digo lo que me dijiste la última vez que nos vimos «pásatelo bien y ándate con tiento».
Gracias por todo lo que has hecho por este pueblo.
Viva Euskadi y viva la libertad.

Obituarios

Antonio Rivera

El Correo. 25/06/2023

Uno de los nuestros

«Pero no me trago el humo», respondió a mi mirada, y luego se tomó un sorbito del Armagnac que se había pedido después de la comida. Sin venir a cuento se puso a explicarme que no estaba de acuerdo con eso tan de moda de que había que educar a los niños en su lengua materna. Dijo que él había aprendido el castellano a los seis o siete años y que no por eso había notado ninguna dificultad, y que muchos millones de personas a lo largo de la historia habían adquirido otros idiomas de la misma manera. No le seguí el rollo porque no sé nada de esos temas y porque, cuando Andoni tenía una idea fija en la cabeza, resultaba difícil quitársela. Un tipo duro con un corazón de algodón.

Le echó mano la gente del temible capitán Hidalgo, allá por el estado de excepción del 75, como a tantos que entonces se escudaban tras las siglas de ETA. Después de la Transición, y de la mano de Joseba Arregi, siguió los pasos del nacionalismo más tradicional. Muchos años de gerente en un corsorcio de euskaltegis vizcaínos le hicieron experto en los usos sociales de la lengua vasca. De paso también se convirtió en el tipo más temible y el crítico más acerado y experto de los empeñados en prolongar ‘sine die’ esa lucrativa industria de la identidad que sostenemos todos los vascos. «Detrás de cada ventanilla de la Administración tiene que haber alguien que atienda a un euskaldun, pero eso no significa que tenga que haber un euskaldun detrás de cada ventanilla». Con eso resumía su posición al respecto.

Un hombre de una extraordinaria cultura, capaz de citarte a cualquiera de los clásicos grecolatinos como si se los hubiera leído a todos. Tampoco le oí hablar mucho cuando trajinaba también como secretario silente y conseguía que aquella aventura de Aldaketa se pusiera en marcha para cuestionar desde la independencia de criterio los añosos postulados de los nacionalismos del lugar. Algunos de aquellos independientes acabamos en el Gobierno y Andoni en la sala de máquinas de Ajuria Enea. Fue el mejor ‘negro’ que ha tenido nunca Lehendakaritza. De José Antonio Aguirre hasta hoy, nadie ha escrito mejores discursos (con permiso de Txelu Zubizarreta).

Cuando aparecía por Lakua, todos corríamos a escondernos en nuestros despachos. Sabíamos cuáles eran su mala nueva y su cometido: otro sablazo del 10% del presupuesto del Departamento, la única manera de sobrevivir a los efectos de aquella maldita crisis económica y estructural de 2008 en que se nos ocurrió llegar al ‘Gobierno del cambio’. «Hay grasa de la que podemos prescindir», decía, y nosotros gritábamos como si nos estuviera haciendo ya ronchas en el mismo hueso.

Era el socialista sin carnet más convencido de las bondades de la socialdemocracia que he conocido nunca. Su buen amigo Arregi cada vez se hizo más demócrata y sobre todo cristiano, pero él regresó por los derroteros de donde había salido: la izquierda real, la que resuelve problemas de la gente y no se entretiene en pajarracas. Escribió en este mismo periódico unas estampas históricas de la historia del socialismo internacional y vasco imposibles de olvidar, que encontraron acomodo en un libro que nos recuerda esos momentos estelares de la humanidad que retrató el insuperable Stefan Zweig. Eso sí, sin olvidarnos de su primera obra: una conversación con un nacionalista donde desentraña todas las posibilidades de una ideología tremendamente simplona en sus argumentos y tremendamente eficaz en su proyección social.

Ahora estábamos dándole vueltas a una idea suya consistente en hacer un gran homenaje a todos aquellos que resistieron al terrorismo local. Pensaba que la sociedad y las instituciones no habían sido capaces todavía de reconocer como se debía a quienes habían conseguido mantener a salvo la democracia y el Estado de derecho, cuando el acoso de ETA los puso en serio peligro durante años y años. Era una manera de reclamar un recuerdo que sirviera para instituir el punto de partida de una nueva sociedad y política vasca. No sé si seremos capaces de terminar este empeño que ha dejado a la mitad.

Estado de derecho y democracia, que fueron junto con las víctimas de carne y hueso los grandes perjudicados del terrorismo de ETA. Las dentelladas que se llevaron ese Estado de derecho y las convicciones democráticas de la ciudadanía todavía están por cicatrizar, porque todavía no han sido suficientemente valoradas como para defenderlas con la misma pasión que pusimos en enfrentar el crimen. Y recuperar todo aquello que perdimos en este ámbito de la conciencia cívica es algo todavía pendiente que Andoni nos deja como legado y como obligación de ciudadanos.

Los malos -que siguen estando ahí- tienen hoy algo que celebrar. La parca se lleva a uno de los nuestros, uno de los mejores. El beso más cariñoso para Justinya, su fiel compañera. Siempre le tendremos en el recuerdo.

Emilio Alfaro
El Correo, 27/06/2023

Hace un año y nueve meses, cuando tuvo que escribir en estas páginas el obituario de su gran y admirado amigo Joseba Arregui, víctima como él del cáncer, Andoni Unzalu (Abadiño, 1956-Bilbao, 2023) tituló el artículo ‘Un traidor con principios’. Esa calificación bien podría aplicársele también al personaje difícil de encasillar -barojiano, vehemente, activista, racional e intuitivo, sentimental bajo la capa de ferocidad con que encubría su timidez- que ha sido Andoni. La diferencia entre el converso y el traidor, explicaba en dicho artículo, está en que el segundo no reniega de su pasado como hace el primero, sino que al cambiar de trinchera asume las responsabilidades que contrajo al estar en el otro bando.

Andoni Unzalu, como Joseba Arregui o Emilio Guevara, rompió con el nacionalismo templado en el que no llegó a estar afiliado cuando el PNV de Ibarretxe y Arzalluz le obligó a optar entre la comunidad y sus convicciones democráticas. No pudo aceptar que con el Pacto de Lizarra y la deriva soberanista posterior quebrara el respeto al pluralismo y dejara a los vascos no nacionalistas en tierra de nadie y expuestos a la ofensiva terrorista. Su condición de demócrata se impuso a cualquier otra lealtad y a partir de entonces dedicó sus muchas energías a tratar de desmontar los falsos dogmas en los que se fundamenta el «’credo’ nacionalista». Lo hizo con plena consecuencia, arrostrando el desgarro de la ruptura y las represalias y marginación subsiguientes.

Hijo de caserío, euskaldun, sobrino de Bittor Garaigordobil, el obispo de la txapela del Concilio Vaticano II, estudió como tantos jóvenes de su generación en el Seminario de Derio. Su expulsión por declararse ateo ilustra la incomodidad con los dogmas del inclasificable personaje que ha sido Andoni. También como otros jóvenes, se significó contra el franquismo en la etapa final de la dictadura, pero nunca tuvo la tentación de flirtear con la violencia. Funcionario del Ayuntamiento de Amorebieta-Etxano, enfocó sus energías en el impulso del euskera y la cultura vasca. Fue copromotor de la Fundación Aurten Bai para la euskaldunización y, entre otras iniciativas, de la editorial que traduce al euskera las obras fundamentales de los clásicos (Klasikoak SL). Su profundo conocimiento e implicación en esta tarea le llevó en los últimos años a cuestionar los excesos de la política lingüística, denunciando la exclusión de facto que supone en el acceso de las personas no euskaldunes a los empleos públicos.

Tras romper amarras con el PNV, en 2003 fue degradado de la jefatura de Informática del Ayuntamiento de Amorebieta y confinado a un cuchitril sin tarea alguna. Quienes decidieron el castigo no le conocían. Condenándole a no hacer nada le permitieron ampliar hasta el infinito su ya vasto catálogo de lecturas y conocimientos, con especial inclinación por la historia y la filosofía política. Y tuvo más tiempo para dedicarlo a escribir en prensa y al lanzamiento de la plataforma Aldaketa, la iniciativa de personalidades independientes que promovió la alternancia y el cambio en Euskadi, en la que fue hombre para todo.

Esa misma función la desempeñó en la Lehendakaritza durante el Gobierno socialista (2009-2012), arropando al lehendakari Patxi López como ideólogo, inspirador de discursos y ‘fontanero’ de emergencia. La experiencia en el Ejecutivo, en circunstancias del todo adversas, acentuó su opción por la socialdemocracia rigurosa y su compromiso por el pluralismo político y la memoria de las víctimas del terrorismo. Admirador del pensador polaco Leszek Kołakowski, nada le estimulaba y complacía más que una intensa discusión con una copa de armañac y el humo de sus cigarrillos.

Polemista infatigable y pertinaz, hombre de pensamiento y acción, mientras seguía asesorando a Patxi López en el Congreso y al PSE-EE se embarcó en una apasionada tarea de escritor y articulista con un doble objetivo: dotar de un cuerpo ideológico al socialismo vasco y desmontar las bases inciertas en las que se sustenta la hegemonía nacionalista en Euskadi. Esa es la sustancia de dos de los libros que publicó: ‘Momentos estelares de la historia del socialismo’, parafraseando a Stefan Zweig, e ‘Ideas o creencias. Conversaciones con un nacionalista’. Euskaltzale, vasco hasta la médula, no podía soportar el complejo claudicante de la izquierda ante el marco cultural y mental construido por el nacionalismo.

Andoni Unzalu ha sido esto y mucho más; no es sencillo hacer catálogo de su abrumadora actividad. Duele utilizar el verbo en pasado y saber que ya no volverás a debatir y a enfadarte con él. Con su muerte pierden mucho sus amigos, especialmente su compañera Justyna Pietrzak. Pero también pierde este país nuestro que él quiso que fuera de todos, sin privilegios de nadie y no desmemoriado.

Leyre Iglesias
El Mundo. 29/06/2023

Ha muerto un gigante vasco

La cantidad de mentes supuestamente brillantes que piensan como conviene es abrumadora. Siempre se agolpan los argumentos para no sacrificarse. Hay excepciones. Andoni Unzalu Garaigordobil fue una de ellas. Un intelectual sin carrera, un animal del combate dialéctico barbudo, tímido y aparentemente huraño que a algunos nos enseñó como solo enseñan los gigantes. Se definía como socialdemócrata liberal y decía: «De esos solo quedamos dos». El domingo murió, así que ya solo queda uno.

Conversador vehemente de Rémy Martin y cigarrillo, Andoni fue el ideólogo y mano derecha de Patxi López en el único Gobierno no nacionalista que vivimos los vascos, pero sobre todo fue un faro moral. Nacido en 1956 en un caserío nacionalista, fue un joven abertzale y marxista que no cogió las armas porque leía demasiado. Siguió en el PNV, pero tras el Pacto de Lizarra sus convicciones democráticas lo expulsaron de la tribu. Acabó en el PSE (se afilió tarde), tras publicar durante los años duros decenas de artículos contra el terrorismo que siempre rebotaron contra una gruesa pared de silencio.

Andoni ha sido el mejor desmontador del nacionalismo que él mismo profesó. Impugnó todas sus mentiras (lean su extraordinario librito Ideas o creencias: conversaciones con un nacionalista, Catarata, 2018). Criticó con fiereza al PNV, siempre «una rémora» en la lucha contra ETA. Despreciaba a los «terroristas de salón», hoy en Bildu, que mandaban a otros más tontos a matar mientras se comían un chuletón, y que le detestaban, porque él sabía. Denunció casi en soledad la imposición de su lengua materna: «¿Si los que hablamos euskara somos un 33% de la población, por qué crees que tenemos derecho a solicitar el 100% de los puestos públicos para nosotros?». Entendió el procés como pocos: «Es un monstruo que ha ido creciendo durante 30 años a la vista de todo el mundo. (…) Yo estoy por apostar que su verdadero objetivo es el control totalitario de la sociedad y de los recursos de Cataluña en beneficio exclusivo de unas nuevas élites soberanistas». Le fascinaban John Stuart Mill, Isaiah Berlin y Por qué tengo razón en todo de Kolakowski. Se enfurecía con las monsergas y con el victimismo. La suya era una socialdemocracia enfrentada a la fiebre identitaria. Siempre a contracorriente.

Se ha ido un hombre sabio, decente y libre. Y no hay manera de atenuar la sensación de que, con él, una especie rara se extingue. Descansa en paz, querido Andoni. Eskerrik asko eta goian bego.